"Empanadas o Pastel" Cuento Morfológico


Nilda: Ahora, yo no entiendo. ¿Teniendo ese churro de novio se viene a meter con este tipo que toda su vida fue un matuasto? Yo no la entiendo.

Carmen: ¿Y bueno que querés? Es la plata querida, esa no es ninguna novedad.

N: Y la fama, ni hablar de la fama, una dice que la plata y la fama no nos atrae, pero ahí las tenés, a los pies de un auto nuevo, vacaciones en lugares paradisíacos…

Mara: Su minuto de gloria en la tele. Ay chicas dejen de ver esas pavadas de puterío barato, ¿quieren?

C: Ay ya salió la que no “consume TV basura”, “todo es una mierda”…

M: Pero simplemente no me interesan esas huevadas amarillistas. ¿Porque no ponen algún canal de cocina que a esta hora pasan uno que me gusta?

N: Dale, cambiale el canal a esta “cultosa”.

M: Ah por cierto. ¿Cómo prefieren ya que tengo casi listo el relleno, empanaditas o un pastel?

C: Ay, empanadas no. Porque las empanadas las repito.

M: ¿Pero si el relleno es el mismo? Si repetís una empanada repetís un pastel… es lo mismo.

C: Bueno como quiera entonces doña Mara.

M: Pero no es como quiera. Si les pregunto es por algo…

N: ¿Le pones pasas al pastel?

M: ¡Como quieran carajo!

C: Bueno hace un pastel entonces. Te haces la enojada porque así te hacía con la comida el Milonga.

M: Por supuesto que me pongo así por el bufón de mi marido que Dios lo guarde bajo tierra. Siempre era lo mismo “¿y que vamos a comer?”; “Hace lo que quieras”; “Que se yo si la que cocina sos vos”. ¿Todo para qué? Para que el señor me critique la comida o me diga que le “podría” haber faltado.

N: ¿Y Bea, que preferirá Bea?

C: Ay la Bea. ¿Con qué nos ira a caer? ella que estaba tan apurada por contarnos sobre “eso”…

M: Eso… ¿Si las hacemos fritas?.

N: No, fritas mejor no. Eso yo no lo repito, pero me cae pésimo, como una bomba.

C: Querida. Lo que a vos te cae como una bomba es la cantidad de coca cola que tomas en cada comida, no las empanaditas fritas.

M: Bueno con mas razón. Igual, hacemos el pastel y listo.

N: ¿Frito?

M: Pero mierda che que estas boluda Nilda eh. Dejá de mirar esas pelotudeces que te atrofian las pocas neuronas que te quedan querés.

N: Ay bueno, no seas mala Marita. Sabes que es lo único que me distrae.

C: Al final. ¿Qué fue de la Gorda del almacén de la esquina del viejo Huberto?

M: Y que va a ser. Después de que el maricón del marido se escapara con el tipo este que les proveía el alcohol y los forros.

N: Si. Al marido de la gorda le llevaba los forros puestos al tipo.

C: Hablando en serio. Habrá que ser hijo de puta ¿no? La Gorda se mataba por el vago ese, y por mantener a pulso el almacén. A nosotras. Ni se nos escapaba el maricón ese.

M: Pero bien que la Gorda le hacia atención especial al cuñado.

N: Otro perejil. A nosotras porque no nos gustan los chusmerios, ni andar llevando ni trayendo, pero cuando se entere la mujer de ese tipo lo agarra y lo asa.

C: Pero encima ese tipo es un desagradable, ¿con que se come un tipo de esa clase?

M: Preguntále a la Gorda. Ella le cataba el chorizo.

N: Ay. No me pongas esas imágenes en la cabeza que me da nauseas pensar en la Gorda y el cuñado teniendo relaciones.

C: Relaciones. ¿Y nosotras?. ¿Cuándo?.

M: ¿Cuándo qué?; ¿No te parece que ya tuviste suficiente vos?

C: Mirá querida. Vos no vengas a decir cuando es suficiente, porque yo no recuerdo cuando empezaste vos ¿o querés que te haga memoria lo que eras antes de tu marido?

M: ¡No me lo nombres! No me lo nombres porque encima me va a salir feo este picadillo de hijo de puta, y ahí lo van a repetir y a cagar con unas lindas hemorr…

N: ¡Ay para! Bestia. ¿Qué vas a decir? Ubicate un poquito no seas grosera.

M: ¿Que querés? Si esta otra me lo recuerda y me pongo mal, ustedes saben como sufrí por ese malparido.

C: Bueno pero ahora ya lo tenés. Todas esperamos este momento. Una mujer no sueña más que con casarse. Y después su otro gran sueño es este.

N: ¿Ay te acordás cuando éramos chiquitas y jugábamos a esto? Pobre tu hermanito siempre lo usábamos de conejito para nuestras historias. Las cosas que le hicimos.

M: Y lo que le hizo la mujer ahora de grande al atorrante de mi hermano. Le fue más o menos como en nuestros juegos te cuento.

C: ¡Y no era para menos! ¡No era para menos! ¡No era para menos!

N: Bueno, bueno. Pará un poquito, no es para que te exaltes de esa manera.

C: Bueno. Es que es la misma situación que pase con mi marido. Flor de hijo de puta. Debería haberlo reducido a polvo y usarlo de especias, un poco de comino, otro de pimentón, otro de moscada.

M: Si acá todas muy enojadas. Pero pensemos en la Gorda. Cómo se le escapo el maricón. Ella nunca va a tener su revancha. Ella nunca va a cumplir su sueño de niña.

N: Lo compenso con el casamiento que tuvo. Demasiado casorio para esos rascas.

C: Ay pero en ese tiempo era hermosa la Gorda. ¿Cuántos kilos menos tenia?

M: Y, pensá que todavía no se había comido a ninguno, si fue la primera en casarse.

N: ¿Pero nosotras cuantos llevamos ya? Y no estamos hechas unas vacas.

C: Hay que pensar también en las tiroides de la gorda.

M: Si, las tiroides que le hacia al cuñado. A esa la engordaron a leche.

N: ¡Pero que guaranga estas Marita!

M: Bueno che, dejáme divertir un poco. Estoy contenta esto es lo último que nos queda. Terminamos esto y es lo último de Milonga que vamos a tener.

C: ¿Y después?

M: Esperaremos, que se yo. Todavía queda Bea, Niní, Flora.

N: Los maridos quedarán en todo caso.

C: Cuando le toque al de Niní, si a ella no le molesta yo pido el chorizo.

M: ¡Yo sabia! ¡Yo sabia! Siempre le tuviste ganas al de la Niní. Yo te veía como lo mirabas, como le histeriqueabas… ojitos, sonrisitas, le movías los pechos. A-T-O-R-R-A-N-T-A.

C: Si. ¡¿Y que?! ¿Esta tan mal? Nunca paso de eso. Como si nunca hubieran mirado a uno ajeno.

M: Ay ahí llego Bea. Terminen de poner la mesa, y vos Nilda busca el pastel del patio que ya debe estar frio.

Bea: ¡Hola mis bellas!

N: ¿Y que es eso tan importante y emocionante que tenés para contarnos?

B: Mejor empecemos a comer tranquilas y les voy contando, no lo van a creer. No bueno, les digo ahora. Encontré a Jorge tirándose a la secretaria en medio de la oficina.

M: ¡Jodéme!

B: ¡Te jodo! En serio, ahí estaba… el muy cerdo sentadito en su sillón y la otra pendeja mamándole el quetejedi. ¡Ahora cuando me vio! El tipo dijo sorprendido:

-¡Amor!.

-¡¿Amor?! ¡¿Amor?! ¡A morcillas te voy a hacer Hijo de la gran puta!

Ahí la pendeja se levanta, que se pegó un golpazo en la cabeza con el escritorio. Yo salí corriendo y lo espere en casa.

N: Ay Bea, ya me imagino.

B: Imagina bien, imagina bien. Porque lo espere tranquilita, me tome de esas gotitas de flores de bach viste. Y lo espere con el pat de sus palos del golf… ¿Y no saben que?

M: Ay no Bea. No sabemos, contá deja de ponerle tanto misterio.

B: ¡Cumplí paso a paso mi sueño chicas! Tal cual como cuando jugábamos de chicas. ¿Se acuerdan?

C: Justo nos acordábamos hace un rato de eso mirá vos. Y decíamos pobre de la gorda del almacén. Viste que…

M: ¡Esperá María del Carmen Gutiérrez Loro!

B: Me puse el camisón de encaje negro. Me pinte la boca bien roja, ese rojo pasión, sangre. Las uñas rojas también. Las sombras y delineados negros, con el maquillaje corrido. ¡Chicas! Era un sueño, como siempre lo soñé.

N: ¿Y?

B: Ahí estaba yo, esperándolo con su pat como les dije. Llegó. Estaciono el auto. Se bajó. Entro a casa. Yo había dejado las luces bajas. ¿Pueden creer que el imbécil llego con el cierre bajo? ¡Encima de pelotudo más pelotudo! Entró. Me vió. Yo le hice señas sensualmente, insinuándome como si toda esa situación me hubiera puesto re hot. El muy boludo se me vino haciéndose el sex machine. Yo jugaba con su palo levantándome el camisón, lamiendo el mango.

C: Dale no podes contar tan despacio. ¡Apuráte que me haces comer las uñas!

B: Bueno espera que ahora viene lo mejor. Se me acercaba de a poquito, me puse en la posición que él me enseño que se pone para hacer el tiro. Así, parando la colita y apretando mis pechos entre mis brazos. Cuando se me acercó… para que les digo…

M: ¡Decí! ¡Decí!

B: Hice el mejor tiro de mi vida. Directo al mentón. Un solo golpe. Un chorro grande de sangre salpico la pared y un cuadro. Y a mí me quedo un poco de sangre en la cara que pude lamer algo de mis labios. ¡TAL CUAL COMO LO IMAGINE!

N: Es el final mas lindo que he oído Bea, que obra de arte.

B: ¡Ay si chicas estoy re emocionada! Además lo mande al matadero que me lo trocen así que te traigo a vos Marita para que me lo frices. Tenemos carne de primera calidad para todo el semestre niñas.

M: Que alegría Bea por fin te sacaste de encima a esa bolsa de carne.

B: ¿Y que preparaste de rico hoy Marita?

M: Y lo último que me quedaba. Pastel de carne. De Milonguita claro.

Personaje de la semana: La Chiquita

- PERO PASA GORRIADO!!!

Que gente pelotuda no saben manejar, como van a hacer esas maniobras…

(toma el tereré)

- Chau Jorge, chau, chau! Cuando vas a volver al negocio que ya te extrañamos, hay q ir a comprar re lejos!

Pobre Jorge que cornudo que es…

- Es linda la mujer del Jorge.

- Es una atorranta… pobre Jorge que cornudo que es…

- Bueno el también tendrá sus historias.

- Si, pero… es terrible de cornudo.

Encima anoche vinieron unos amigos nuestros, de Coco, no se iban mas y yo que tenia que trabajar a las 8am, se quedaron viendo tele hasta re tarde. Y ya a las cuatro de la mañana se fueron y nos pudimos acostar, y ahí je, el Coco, empezó a hincharme las bolas, me toqueteaba, me toqueteaba, y bueno… lo tuve que franelear un rato. Y ya cuando escuche que roncaba dije - gracias Dios.

Para colmo después, ya a eso de las seis de la mañana se puso a hablar una de estas gordas de la limpieza con otra – que la Marta esto, que la Marta aquello, que lo deja al marido, que se va con el otro… a los gritos en la ventana. Para qué, ahí este otro escucho y se despertó… empezó… de nuevo a hinchar, que me toqueteaba y me decía – ay mamita, ay mamita…

Ah! Justo llega mi hijo y mis nietos, nos vemos chicos…

- CHAU CHIQUITA.



Este personaje es conocida como la Chiquita M*; es mi vecina, es una mujer de 50 años aproximadamente, se le nota en la cara la carga de haber llevado una vida nocturna (fue “Madama” muchos años). Ya voy a contar algo mas de ella, es todo un personaje.

En esta ocasión que estábamos con un amigo tomando tereré en la vereda, y ella se acerco a charlar. No sabíamos que hacer cuando nos contaba, encima no tiene drama de contar lo que hizo, es tremenda la chiquita…

Guarda que me vengo!!!

Yo se que siempre que posteo, prometo volver leer y bla, bla… lo sé.

Pero es que he andado muy poco por estos lares, y la verdad a veces ni ganas. En cambio estuve cumpliendo con mis deberes de estudiante con mucho éxito, y como eso es lo que me importa a mi bue… eso.

No se si esta promesa será válida a esta altura, pero creo prometer que en estos días voy a volver a contar un par de historias y a colgarme diciendo boludeces, ahora de lo que me tengo q encargar en de recuperar a mi público lector. Me va a costar parece deje bastante abandonadas las cosas por estos lados.

Pero van a ver que voy a subir una historia de liiiiiinda… y mientras también voy a ver si me funciona mis neuronas humorísticas que algunas veces les he podido sacar una sonrisa.

(no les pasa que escriben y se dice a si mismo – estoy escribiendo como si realmente alguien leyera esto que imbécil!.

Yo no se si alguien lee esto o no pero bue, quiero prometerme al menos a mi mismo de esta forma volver a escribir cosas ingeniosas y creativas como en algún momento supo haber en este blog. Voy a intentar dar lo mejor de mi para volver a intrigarlos (pero a quien le hablo por favor…)

Dejo una foto de una milanga rellena que me comí con papas fritas y DOS huevos fritos, y si me tuve que comer todo, una lastima…

Milanga rellena (L) te extraño cumpa!


Relato Viejo

Esto lo escribi de muy chico, lo encontre en algun lado. Lo subo primero porque hace mucho que ni aparezco, segundo porque es una especie de repuesta que intentaba darme, se nota que era chico en la idea que sigue el relato y en como lo narre, por suerte no sigo esa linea porque ahora me hace sentir como los cuentos pelotudos moralistas de Bucay. Es algo muy simple, pero que se yo algo que me pasaba de chico, casi un niño. Esta bueno si se le hace un analisis a a linea, no es nada loco ni nuevo, quizas muchos nos hemos planteado esto alguna vez; no es para nada original.



Juan había escuchado una historia sobre un hermoso ciruelo que era muy grande y alto, que estaba en el bosque. Según contaban ese bosque era muy peligroso, no se sabia bien porque lo era.

Juan estaba decidido a buscar ese ciruelo.

Antes que nada pidió la opinión de sus amigos, cinco amigos le dijeron que no, era muy riesgoso meterse en el bosque pantanoso; pero otro cinco le dijeron que tenía que seguir su corazón y cumplir los sueños y si encontrar el ciruelo era parte de uno debía hacerlo.

Al escuchar las alentadoras palabras del segundo grupo, Juan emprendió con más seguridad su aventura.

Camino durante cuatro días hasta encontrar el temido bosque pantanoso, cuando por fin lo encontró, ese bosque de tierras frías no era más que un edén, rodeado de miles de ciruelos en flor y verdes copas.

Al entrar en tan hermoso jardín Juan sintió que todo había valido la pena y su corazón era feliz como nunca. Pero faltaba lo mas importante encontrar al “gran ciruelo”. Desde lejos lo diviso sobre una colina, camino un buen rato hasta llegar a el.

Cuando subió la colina encontró al bello ciruelo, ¡era tan alto y bello! Juan dejo escapar una lágrima de emoción. Sin embargo al lado de este había un ciruelo con las ramas caídas y medio seco.

Juan se ayudo de este para alcanzar las largas ramas del hermoso ciruelo, y muy grande fue la sorpresa cuando al acercarse a las primeras ramas el se dio cuenta de que sus frutos no eran ciruelas si no manzanas.

El no entendía porque eran manzanas si este sin duda era un ciruelo, la desilusión de Juan fue tan grande que empezó a llorar sentado en una rama del pequeño ciruelo, al cabo de un rato con los ojos rojos y la vista medio nublada observo desde la gran colina que el florido y primaveral bosque era en verdad el pantano del que todos hablaban. Volvió a mirar las manzanas muy desilusionado preguntándose porque si era un ciruelo daba manzanas, quizás si fuera un manzano y diera manzanas no le habría importado, porque lo que el buscaba era el “gran árbol” y no las frutas.

Cuando se paro para volver a su casa la rama del seco ciruelo se quebró y Juan cayo desde muy alto; y el pequeño ciruelo termino de caerse; y Juan tuvo un triste final al dar su cabeza contra una roca, que provoco su muerte inmediata.