Sobre el "Cuento de la buena Pipa"

Básicamente el cuento de la buena pipa es una herramienta sádica de tortura, que se ha ido trasmitiendo a partir de los años, de boca en boca, de generación en generación y de puño en puño. Primordialmente utilizado por aprovechadores, bravucones primogénitos o amigos (por lo general mayores o de preponderancia física) contra alguna inocente criaturita desconocedora del cuento.

Aquí vamos a descollar, a compartir y explicar; hasta donde se nos permita el “Cuento de la buena Pipa”

Esta seria la forma tradicional, más utilizada y correcta de narrar la historia.

Sr. Z- Che culea. Querés que te cuente el “cuento de la buena Pipa”?

Sr. M – Y dale culea.

Sr. Z – yo no te dije -dale culea. Yo te dije que si querés que te cuente el “Cuento de la buena Pipa”.

Sr. M – Ya te dije que SI quiero.

Sr. Z – Yo no te dije - Ya te dije que SI quiero. Yo te dije que si querés que te cuente el “Cuento de la buena Pipa”.

Sr. M – Uh! Que onda tus papas son primos???

Sr. Z – Yo no te dije – Uh! Que onda tus papas son primos??? Yo te dije si querés que te cuente el cuento de la buena pipa.

Cabe preguntarse en que momento debe terminar dicha dicha.

¿Y cuándo termina dicha dicha? (lector: abstenerse a la rima fácil de “con la lustrada de mi bicha” o algo por el estilo).

En este común caso, el dialogo puede concluir generalmente omitiendo palabra alguna por el Sr. M, con total indiferencia. O bien, en el más común de los casos en la violencia explicita.

Sin duda, Sr. Z quien generalmente es visto como “el villano” narrativo, puede tener alguna razón especial para mofar de tal manera humillante a un inocente Sr. M; habitualmente, se utilizaría el “cuento de la buena pipa” con un fin simple de burla, diversión o humillación, claro está. Pero además, es muy útil para mantener callado y sin ganas de emitir sonido, puesto a que estos también son motivo de respuesta y repetición de la frase por parte de Sr. Z. Otra razón para utilizarla es para provocar la ira en Sr. M y así comenzar de forma un tanto indirecta una riña.

Pero hay que saber algo, es muy probable que siempre termine con violencia.

Pongamos el siguiente ejemplo planteando un escenario concreto.

Interior de un auto. Familia tipo dirigiéndose a unas vacaciones a las sierras, encontrándose momentáneamente en la mitad de la travesía, faltando aún 300km. Viaja Papá, Mamá, y dos adorables niños.

Hermanito uno - Querido hermanito mío. ¿Quieres que te cuente el “Cuento de la buena Pipa”?

Hermanito dos – Oh! Que generoso eres hermano al querer narrarme una fabula para conllevar este hermoso viaje familiar y hacerlo mas ameno.

Hermanito uno – Que curioso hermanito que yo no recuerdo haberte dicho “– Oh! Que generoso eres hermano al querer narrarme una fabula para conllevar este hermoso viaje familiar y hacerlo mas ameno”. Yo te he dicho si gustas que te cuente el “Cuento de la buena Pipa”?

Ya planteada la escena imaginen como continua hermanito uno burlando a hermanito dos por un rato a pesar de las advertencias de sus señores padres. ¿Qué ocurre? Hermanito dos golpea a uno. Y así comienza la pelea en el asiento de atrás de esa R-4. Entre los golpes golpean el asiento de su madre, ella se quema las piernas porque justo cebaba el mate. Mamá increpa a sus traviesos hijos. Pero. El daño ya esta hecho. Los queridos hermanitos tienen bronca y rencor dentro de ellos y siguen peleando. Como es de esperar, llega la reacción del señor padre.

Papá - LA RE PUTISIMA MADRE QUE LOS PARIÓ PENDEJOS DE MIERDA. O LA CORTAN O LA CORTAN. PORQUE SI NO, VOY A PARAR ESTA CARCACHA, LOS VOY A BAJAR CONMIGO Y LOS VOY A REVENTAR. Y LES JURO. LES RE CONTRA JURO, QUE NINGUNO VA A PODER SUBIRSE A UN PUTO CABALLO COMO VENIAN ROMPIENDO LA PIJA CON ESO DESDE QUE SALIMOS. PERO NO PORQUE YO NO LOS VAYA A LLEVAR. SI NO, PORQUE NO VAN A PODER DEL DOLOR EN EL OJETE Y EN LAS PELOTAS QUE LES VA QUEDAR DESPUES QUE LOS AGARRE. Y OJO, PORQUE ANDO CORTO DE TIEMPO ASI QUE LOS VOY A AGARRAR A LOS DOS A LA VEZ A UNO CON EL CINTO Y AL OTRO A PATADAS. ASI QUE ELIJAN SUS MARCAS “SUELA” O “EBILLA”.

Seguido de un murmullo.

Papá -También a mi, quien poronga me manda a meterme con la víbora esta que me jura “la tanda de anticonceptivos fue mala” si es una vividora chupasangre igual que la vaca de su madre.

Estos anteriores ilustrativos ejemplos pueden ser tranquilamente verídicos.

Pero lo que si fue real, es la historia de Juan “El Banana” Arioztazaegui. Quien para él, nunca acababa la diversión de la historia y se la pasaba buscando minusválidos mentales de los cuales podía superar las 4 horas 13 minutos y 87 segundos de tortura ante la insistencia de los inocentes niños discapacitados. Tambien solia molestar a muchachos con falencias de habla como tartamudos y gangosos, eso lo habría dotado de una gran habilidad para imitarlos, la verdad era tristemente gracioso. Se lo escuchaba decir por ahí:

- Yo no te t-t-t-t-t-te-te dij…que que que que…

O también: - Io o é ije hedazo e hijo e uta helotudo e mierda!

Pero no tenía un límite, a veces también solía molestar a mudos, incluso a sordos.

Mas bien el tenia una enfermedad, una especie de trauma o reuma con eso de contar el “Cuento de la buena Pipa”.

Pero sus andanzas terminaron una vez que intento hacer el chiste al viejo Gutiérrez, a quien acusaban de pervertido en el barrio. Según se dice Juan “El Banana” le dijo la frase y el viejo le solo respondió “Honolulu”. Cuando este energúmeno le retruco la frase, quedo expuesta su boca muy abierta. Y el viejo Gutiérrez rápidamente, digamos, le desenfundo el termo de carne en la boca. Desde ese día al banana lo comenzaron a llamar Juan “boca sucia” Arioztazaegui y nunca más quiso contar el cuento.

Haciendo una nota etimológica sobre el origen del “Cuento de la buena Pipa”, no es correcto pensar que la pipa se refiere a una pipa para fumar. Si no hace alusión a la semilla del girasol.

No obstante algunos historiadores refutan dicha teoría, diciendo, que no solo hace referencia a una Pipa en cuanto instrumento para fumar, incluso determinan que se refiere a la Ganja. Y que en principio esta historia tan vieja se titularía el “Cuento de la buena Pepa”.

De todos modos, sospechamos de la credibilidad de estos supuestos historiadores, por el simple hecho de que en su mayoría viven en El Bolsón, visten (solo ocasionalmente) ropas algo andrajosas y su higiene deja mucho que desear. No es para discriminar. Pero venido al caso…

No seria para nada ingenuo pensar que este “saber” ancestral no habitase en otras culturas a lo largo y ancho de nuestro planeta. De hecho, lo es.

Asi podemos encontrar sus diferentes versiones en sus respectivos títulos “Conten des guten Pfeifen”; “Cuenti della buena Pipe”; “andha laba la albahaca”; “Chun kim o Pin-Pón” a la que se le resta importancia diciendo que esos eran puros cuentos chinos; su deformación chilena “Cuentcho di la buena Pipa pó weon” y muchísimas otras formas hasta una versión en spaninglish “Story de la good Pipe”, formulada así:

Güey - you wanna que tell you de cuento of the la good pipe?

Chingada – ok.

Güey – Yo no say okei. I tell a ti que si you wanna que te tell you de cuento of the la good pipe?

Chingada – Do you quieres fuck me, mother fucker? Mira que going a joderme la pussy the of tu máma…

Lo cierto es que es imposible negar el carácter universal, de este cuento que todos lo conocen pero que nadie sabe nada, ni de su verdadero sentido (ya que son múltiples igual que sus usos) ni si en realidad existe o existió vez alguna hay un “Cuento de la buena Pipa”.

Pero de seguro todos llevamos dentro algún lindo o rencoroso recuerdo según sea pasivo-activo en la historia; que de todos modos es imposible no nos arranque una sonrisa del rostro.